lunes, 28 de abril de 2008

CUMPLEAÑOS




Igual que este verano en los lindes de la casa,
apostado en el lugar de los perros que vendimos,
sin haber ido realmente a ningún otro lugar,
estoy recién llegando a esta edad indefinida,
caprichosa, de frontera y madrugada.
Una edad cuenta de ahorros, de desayuno continental
(muy pronto para algo y demasiado tarde para nada)
una edad de tentempié.
El tiempo me alcanzó, como a la liebre de la fábula;
pero no me alcanza el tiempo.
Tengo la edad de los profetas pero la barba muy escasa,
la edad de los románticos suicidas,
de los símbolos sexuales, de una fugaz estrella pop,
de los atletas que comienzan a pensar en el retiro,
de los genios millonarios de la programación.
Tengo un pasado y un futuro para tirarlos por la borda.
Tengo la edad de merecer pero nada merezco todavía.
Una edad de pesadilla, como aquella navidad cuando despierto
y no se distinguir si a la distancia el sol nace o se oculta,
y me lleno de espanto de sólo imaginar
que yo duermo a esa hora por nadie establecida, pero cierta,
en que mi hermano abre todos los regalos en mi ausencia.

Francisco Alcaraz (México, 1979)

lunes, 14 de abril de 2008

La rueda




Llega el mensaje de la amiga “tengo un albatrito o albatrita en la panza”.
y la rueda indetenible recibe el dato,
se lo deglute y sigue girando.

Ahora el alerta prosigue en las abejas que se disponen a un circuito de flores y cerezas.
sigue en el pelaje de Roberta, perra expuesta al sol;
en la cara ardida del hachero que va por la ruta;
en el bolso flaco de la señora en la cola del banco;
en la puesta en marcha del gasoducto,
por la palanca de mando a control remoto de un misil que va a embestir un pueblo.
Sigue en las manos de un niño con hambre,
en el gallo abúlico que cruza el patio detrás de una mosca;
en el barco pesquero sobre el cardumen y bajo las gaviotas;
en el fuego que destruye los eucaliptos;
en el embotellamiento de las ciudades del mundo;
en la enferma a la que se le acaban los sueros.
Sigue en el algodón que no tapa la cicatriz sobre el ojo del que anoche riñó alcoholizado,
y en la forma en que dos se buscan dormidos sobre una cama.


En medio de las horas, llegó el mensaje del pequeño albatrito
que nace y nace en la panza de mi amiga.
Y la rueda sigue.

La misma rueda que detuvo el dato múltiplo y exacto de Julieta.

La rueda del es y el hubiera sido.


mjm

denuevo




De tanto no haber historia
vienen los olivos de Jaén
la noche en la medialuna del arado
la patria del manual y la hoz
el desalambre
el hambre.
Y las obesas palabras que ya no nombran:
descolonización, genocidio, solidaridad.

Van las banderas a su lugar en el aire ardido
el aerosol a las paredes
la policía a los escudos
las bocas a los pañuelos

Tierra caliente:
después de nombrar las cosas muertas
y ruido humano a bala

¡A calzarse el cero
que empieza denuevo

lo mismo!.


mjm

miércoles, 2 de abril de 2008

Campos de Veniaca




Los campos Veniaca no están alambrados…
Y hay mensajeros por todos lados.
Puede que estos días te cruces con Don Antonio Garrido, viejo anarquista, por los bares de Tribunales o Avenida de Mayo. Cuando te mire a los ojos y te diga “allá en Cañuelas tengo una zanja, vamos ya a sembrarla y comamos de los frutos de esa tierra”, cuidate de lo que suceda en tu alma…en tu tremenda alma humana…

El otro
¿Por qué decir nombres de dioses, astros
espumas de un océano invisible,
polen de los jardines más remotos?
Si nos duele la vida, si cada día llega
desgarrando la entraña, si cada noche cae
convulsa, asesinada.
Si nos duele el dolor en alguien, en un hombre
al que no conocemos, pero está
presente a todas horas y es la víctima
y el enemigo y el amor y todo
lo que nos falta para ser enteros.
Nunca digas que es tuya la tiniebla,
no te bebas de un sorbo la alegría.
Mira a tu alrededor: hay otro, siempre hay otro.
Lo que él respira es lo que a ti te asfixia,
lo que come es tu hambre.
Muere con la mitad más pura de tu muerte.


Rosario Castellanos (México, 25 de mayo de 1925- Tel Aviv, Israel, 7 de agosto de 1974)