Nos cruzamos a la otra orilla, a Montevideo. Tanta cosa irrespirable en Buenos Aires. Suerte que volvimos con "Idea Vilariño. Completa" editada por Cal y Canto. Estamos menos solos, más llenos de campanas. Con "la palabra de huesos a la intemperie". Completos.
En el centro del mundo
el centro de la noche
bajo el cielo sin fin
sobre mí desplegado
inmóvil entre el caldo
tibio espeso del aire.
Aspero olor a pinos
la voz clara lejana
de un pájaro
una niña
un relámpago blanco
y silencioso
y yo
que me quedé sin nombre
y sin mí y sin sentido
nadie
alguien
en cero.
Fue un momento
un momento
en el centro del mundo.
IDEA VILARIÑO (Uruguay)
sábado, 28 de junio de 2008
viernes, 20 de junio de 2008
Basta!
merienda
Ir a la merienda
y huevos caidos bajo el árbol
pueden detener el hambre
y hacerlo caber en toda la intemperie que cae sobre mi;
amenaza como un parásito
que crece sin medida.
Debo llegar antes que los tazones de leche enfríen.
Antes que sobre los hules queden las manos solas
después de haber alimentado.
Los huevos caídos bajo el árbol
me agujerean ahora
esta zona nueva donde arrojo también el día sin recompensa.
Como mi estómago, a los huevos los tragará la tierra,
como todo lo que iba a tener alas.
mjm
domingo, 8 de junio de 2008
tè con amigos
Tomar un café en casa de amigos no es tarea sencilla: las tortas suelen ser riquísimas y el corazón tan grandote que uno se apoltrona y reina.
Y si los amigos son poetas, es menos sencillo aún, porque a la vuelta a casa es probable que llegues con un libro entre las manos y al abrirlo te hayas traído a vivir entre tus cosas a una comunidad de criaturas que ahora reinan en el panteón de semidioses discontinuos, heterodoxos, vitales.
Gracias Enrique y Jorge!
Del libro Peso Muerto de Jorge Paolantonio, recién salido por Ediciones El Mono Armado
La Partenaire
Nada por aquí nada por allá
salvo su ajada belleza y los afeites
erguida en sus tacones
tocado de plumas
y el hartazgo de saber
que en las galeras no hay conejos
las flores son de tela
las palomas carroñeras
picotean en su encierro
el armario la ahoga
le va quitando el aire
la rutina es sólo eso
todo tiene un doble fondo
un pie que no se ve
un estante oculto
una mentira que aprieta su sonrisa
y duele como una muela mala
esos brazos esas manos esos guantes
que apuntan
a la ilusión ajena
nada por aquí nada por allá
la magia es haber sobrevivido.
Del libro “Jardín en movimiento” de Enrique Solinas (Ediciones Honorarte).
El Pueblo
En un pueblo muy chico
donde todos nos conocemos los delitos
y la nieve se cae como pintura fresca,
y la nieve se cae como pintura fresca,
vivo.
Tengo una casa
con patio, perra y padre,
y un jardín,
y una hermana
que todo el día
se disfraza de noche.
Cuando llega la hora de descansar
nos disparamos con gritos,
pero todos somos malos apuntadores
(NADIE QUIERE MATAR A NADIE AQUÍ).
Triste es la canción que pasan por la radio
(golpean a la puerta).
Triste es la canción que viene del jardín.
Nadie atiende.
Golpean a la puerta.
Nos abrazamos
porque tenemos miedo.
Y si los amigos son poetas, es menos sencillo aún, porque a la vuelta a casa es probable que llegues con un libro entre las manos y al abrirlo te hayas traído a vivir entre tus cosas a una comunidad de criaturas que ahora reinan en el panteón de semidioses discontinuos, heterodoxos, vitales.
Gracias Enrique y Jorge!
Del libro Peso Muerto de Jorge Paolantonio, recién salido por Ediciones El Mono Armado
La Partenaire
Nada por aquí nada por allá
salvo su ajada belleza y los afeites
erguida en sus tacones
tocado de plumas
y el hartazgo de saber
que en las galeras no hay conejos
las flores son de tela
las palomas carroñeras
picotean en su encierro
el armario la ahoga
le va quitando el aire
la rutina es sólo eso
todo tiene un doble fondo
un pie que no se ve
un estante oculto
una mentira que aprieta su sonrisa
y duele como una muela mala
esos brazos esas manos esos guantes
que apuntan
a la ilusión ajena
nada por aquí nada por allá
la magia es haber sobrevivido.
Del libro “Jardín en movimiento” de Enrique Solinas (Ediciones Honorarte).
El Pueblo
En un pueblo muy chico
donde todos nos conocemos los delitos
y la nieve se cae como pintura fresca,
y la nieve se cae como pintura fresca,
vivo.
Tengo una casa
con patio, perra y padre,
y un jardín,
y una hermana
que todo el día
se disfraza de noche.
Cuando llega la hora de descansar
nos disparamos con gritos,
pero todos somos malos apuntadores
(NADIE QUIERE MATAR A NADIE AQUÍ).
Triste es la canción que pasan por la radio
(golpean a la puerta).
Triste es la canción que viene del jardín.
Nadie atiende.
Golpean a la puerta.
Nos abrazamos
porque tenemos miedo.
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