sábado, 13 de marzo de 2010

NOCHE- A. Artaud




Por Antonin Artaud

Oeuvres complètes (tome I)
Los mostradores del cinc pasan por las cloacas,
la lluvia vuelve a ascender hasta la luna;
en la avenida una ventana
nos revela una mujer desnuda.
En los odres de las sábanas hinchadas
en los que respira la noche entera
el poeta siente que sus cabellos
crecen y se multiplican.
El rostro obtuso de los techos
contempla los cuerpos extendidos.
Entre el suelo y los pavimentos
la vida es una pitanza profunda.
Poeta, lo que te preocupa
nada tiene que ver con la luna;
la lluvia es fresca, el vientre está bien.
Mira como se llenan los vasos
en los mostradores de la tierra
la vida está vacía, la cabeza está lejos.
En alguna parte un poeta piensa.
No tenemos necesidad de la luna,
la cabeza es grande,
el mundo está atestado.
En cada aposento
el mundo tiembla,
la vida engendra algo
que asciende hacia los techos.
Un mazo de cartas flota en el aire
alrededor de los vasos;
humo de vinos, humo de vasos
y de las pipas de la tarde.
En el ángulo oblicuo de los techos
de todos los aposentos que tiemblan
se acumulan los humos marinos
de los sueños mal construidos.
Porque aquí se cuestiona la Vida
y el vientre del pensamiento;
las botellas chocan los cráneos
de la asamblea áerea.
El Verbo brota del sueño
como una flor o como un vaso
lleno de formas y de humos.
El vaso y el vientre chocan:la vida es clara
en los cráneos vitrificados.
El areópago ardiente de los poetas
se congrega alrededor del tapete verde,
el vacío gira.
La vida pasa por el pensamiento del poeta melenudo.

lunes, 8 de marzo de 2010

¿Cómo se escribe?



Cuando no estoy escribiendo, yo simplemente no se cómo se escribe. Y si no sonara infantil y falta esta pregunta que es de las más sinceras, yo elegiría a un amigo escritor y le preguntaría ¿cómo se escribe?.
Porque, realmente, ¿cómo se escribe? ¿qué se dice? ¿cómo se dice?. Y ¿cómo empieza? Y ¿qué se hace con el papel en blanco que nos enfrenta tranquilo?
Sé que la respuesta, por más que intrigue, es esta única: escribiendo. Soy la persona que más se sorprende al escribir. Y todavía no me habitué a que me llamen escritora. Porque, salvo las horas en las que escribo, no se en absoluto escribir. ¿Será que escribir no es un oficio? ¿No hay aprendizaje, entonces? ¿Qué es? Sólo me consideraré escritora el día en que yo diga: sé cómo se escribe.

CLARICE LISPECTOR