miércoles, 15 de junio de 2011

cumpleaños feliz

Dibujo: Elena Odriozola


Igual que este verano en los lindes de la casa,

apostado en el lugar de los perros que vendimos,

sin haber ido realmente a ningún otro lugar,

estoy recién llegando a esta edad indefinida,

caprichosa, de frontera y madrugada.

Una edad cuenta de ahorros, de desayuno continental

(muy pronto para algo y demasiado tarde para nada)

una edad de tentempié.

El tiempo me alcanzó, como a la liebre de la fábula;

pero no me alcanza el tiempo.

Tengo la edad de los profetas pero la barba muy escasa,

la edad de los románticos suicidas,

de los símbolos sexuales, de una fugaz estrella pop,

de los atletas que comienzan a pensar en el retiro,

de los genios millonarios de la programación.

Tengo un pasado y un futuro para tirarlos por la borda.

Tengo la edad de merecer pero nada merezco todavía.

Una edad de pesadilla, como aquella navidad cuando despierto

y no se distinguir si a la distancia el sol nace o se oculta,

y me lleno de espanto de sólo imaginar

que yo duermo a esa hora por nadie establecida, pero cierta,

en que mi hermano abre todos los regalos en mi ausencia.


Francisco Alcaraz (México, 1979)