Escucho la lluvia aún cuando no es la lluvia
sino la noche
Disfruto del alba aún cuando no es el alba
sino la blancura de mi pulpa sobre el cieno.
La boca de un niño me aja con sus dientes.
¡Amor de las aguas silenciosas!
Para el espino el ruiseñor,
para mi los juegos fascinantes.
RENE CHAR (1907-1988)
1 comentario:
muy bello poema!
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