En la ausencia de mi abuela,
en el huevo,
está mi madre
que siempre sucede
aunque la muerte la alimente.
La madre corrida por humores
salados y tristes;
la madre, ya sin desear,
brillando oscura y semilla.
La madre de tierra
la que ha perdido el nombre
de tanto llamarla y que no aparezca.
Con ojos sin comenzar
está mi madre,
recorriendo las rejas
con los dedos
que ya empezaron.
Del Libro EA (ediciones El Mono Armado)
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