Es sencilla mi ropa...
Es sencilla mi ropa,
pobre mi hogar.
¡Soy una isleña
de islas remotas!
¡Nadie me hace falta!
si entras
-pierdo el sueño.
Por calentarle la cena a un Extraño
quemaría mi casa.
Si me miras
-ya nos conocemos,
si entras -
¡quédate a vivir!
Es sencillo nuestro fuero,
está escrito en la sangre.
En la palma de la mano tendremos
la luna, si nos place.
Si te vas
-es como si no existieras,
y como si tampoco yo existiera.
Miro la marca del cuchillo:
¿sanará antes
de que venga otro extraño
a pedirme agua?
A Alia
mi hija
Algún día, criatura encantadora,
para ti seré sólo un recuerdo,
perdido allá, en tus ojos azules,
en la lejanía de tu memoria.
Olvidarás mi perfil aguileño,
y mi frente entre nubes de humo,
y mi eterna risa que a todos engaña,
y una centena de anillos de plata
en mi mano; el altillo-camarote,
mis papeles en divino desorden,
Por la desgracia alzados,
en el año terrible;
tú eras pequeña y yo era joven.
Versiones de Severo Sarduy
MARINA TSVIETAIEVA (Moscú 1892-Elábuga 1941)